Esta es una de nuestras historias preferidas, pues tiene que ver con ese generador de misterio, misticismo y magia...tiene que ver con la Atlántida.
En 1969, dos escritores estadounidenses, Robert Ferro y Michael Grumley, quienes ya habían estado interesados desde hacía tiempo en los fenómenos paranormales, iniciaron la exploración subacuática de los lechos marinos situados casi a una milla de la costa occidental de Bimini.
El guía que les acompañaba, les había informado que en la zona se habían avistado extrañas rocas sumergidas alineadas, como si fueran una especie de muro o incluso como si hicieran parte de una arcaica calle.
Tras varias expediciones, Ferro y Grumley encontraron una serie de rocas rectangulares alineadas, de hasta 6 metros de longitud y 3 metros de anchura.
Los 2 exploradores pudieron asegurar que esa extraña construcción tenía cerca de unos 200 metros de extensión.
Ferro y Grumley autores del libro, Atlántida: autobiografía de un descubrimiento, en el cual relataron su aventura.
Según ellos, los muros de Bimini eran parte de las ruinas de la ciudadela de Atlántida, y fueron construidos por una civilización marítima que se desarrolló hace alrededor de 15.000 años.
Sin embargo, no se se explica en el libro cual fue el método científico de datación utilizado por los 3 exploradores.
Lamentablemente, no se encontró ninguna evidencia arqueológica en las proximidades de los muros de Bimini, como cerámica o restos de carbón fósil.
En otra expedición, se descubrieron más fragmentos de muros en los lechos marinos ubicados en otros extremos de la isla, permitiendo llegar la conclusión de que seguramente, el muro que rodease todo el perímetro de la isla.
Los estudios sobre esta estructura se sucedieron, y muchos han llegado a la conclusión de que, en realidad, hay dos muros principales, que convergen pero que no se unen. Tienen unos 800 metros de longitud y están formados por bloques de piedras (sedimentaria calcárea), rectangulares que tienen una dimensión, en promedio, de 3x2 metros.
En 1978, el departamento de Geología de la Universidad de Miami, procedió a datar con el método del carbono 14 algunos elementos orgánicos presentes en los bloques de Bimini, como restos de moluscos en conchas, llegando a la conclusión de que tienen 3500 años de antigüedad, remontándose, por tanto, al 1500 antes de Cristo. No obstante, este método de datación no ayudó a dilucidar si los bloques de Bimini son formaciones naturales o verdaderos muros construidos por el hombre en el pasado.
John Gifford y Mahlon Ball, otros investigadores sobre el tema, realizaron unos análisis que llegaron a ser publicaods en National Geographic, efectuaron una datación mucho más compleja, al haber utilizado el método del uranio-torio, con el que es posible datar minúsculos fósiles que se hayan formado en la roca. Esta datación ofreció un resultado muy distinto, pues los fósiles microscópicos que se formaron en las rocas tendrían una antigüedad de 15.000 años, es decir, se remontarían al 13.000 a.c aproximadamente, y ello permite establecer la hipótesis de que los muros de Bimini se sumergieron justo 13.000 años antes de Cristo, probablemente luego del cataclismo mundial llamado diluvio universal, que produjo un alzamiento de los mares de aproximadamente 150-200 metros, por causas aún desconocidas: (La mayoría de los estudiosos, empero, indica que el diluvio universal tuvo lugar en el 10.000 a.C.).
Aunque hay que señalar científicos que refutaron los datos de Gifford y Ball piensan que, estando el nivel de los mares por debajo de los 150 metros en el 13.000 a.C., no es posible que aquellos particulares moluscos, (ahora fósiles), se encontraran en los muros de Bimini, completamente expuestos al sol y, por tanto, señalan que la datación está completamente errada.
El mundo de la arqueología y de la geología tradicional tampoco avalan la hipótesis de que los muros de Bimini hayan sido construidos por el hombre en épocas arcaicas, sino que afirma que estas formaciones son totalmente naturales. El investigador de mayor importancia que sostiene tal hipótesis “natural” es Eugene Shinn de la US Geological Survey. Según su hipótesis, los bloques de Bimini serían formaciones calcáreas que perfilaron con el paso del tiempo un suelo en recuadros, un tipo de extraña formación generada en las rocas sedimentarias que se encuentran en algunas orillas oceánicas.
Luego de este proceso natural, la roca se fracturó en bloques rectangulares que parecen justamente pedazos de muro.
No obstante, lo único cierto hasta el día de hoy, es que sigue siendo un misterio si los bloques de Bimini fueron construidos por el hombre o si son solamente una extraña formación natural.
Lo único evidente es que no se han encontrado restos de actividad humana en la zona, como cerámica o rastros de carbón fósil, pero los que apoyan la teoría “artificial” responden a esta objeción diciendo que la fuerza del mar pudo haberlos arrastrado lejos, pero otros hallazgos increíbles encontrados cerca como la pirámide de cristal, siembran dudas...
Los bloques de Bimini son grandes estructuras submarinas que recorren el largo de las islas del mismo nombre, en las BAHAMAS, próximas al excelso “triángulo de las Bermudas”; estructuras que según algunas fuentes fueron construidas por una antigua civilización, hace entre 10.000 y 15.000 años.
Edgar Cayce, medium estadounidense, predijo que entre 1968 y 1969, cerca de las islas Bimini en Bahamas, aparecerían vestigios de la Atlántida.
El guía que les acompañaba, les había informado que en la zona se habían avistado extrañas rocas sumergidas alineadas, como si fueran una especie de muro o incluso como si hicieran parte de una arcaica calle.
Tras varias expediciones, Ferro y Grumley encontraron una serie de rocas rectangulares alineadas, de hasta 6 metros de longitud y 3 metros de anchura.
Los 2 exploradores pudieron asegurar que esa extraña construcción tenía cerca de unos 200 metros de extensión.
Ferro y Grumley autores del libro, Atlántida: autobiografía de un descubrimiento, en el cual relataron su aventura.
Según ellos, los muros de Bimini eran parte de las ruinas de la ciudadela de Atlántida, y fueron construidos por una civilización marítima que se desarrolló hace alrededor de 15.000 años.
Sin embargo, no se se explica en el libro cual fue el método científico de datación utilizado por los 3 exploradores.
Lamentablemente, no se encontró ninguna evidencia arqueológica en las proximidades de los muros de Bimini, como cerámica o restos de carbón fósil.
En otra expedición, se descubrieron más fragmentos de muros en los lechos marinos ubicados en otros extremos de la isla, permitiendo llegar la conclusión de que seguramente, el muro que rodease todo el perímetro de la isla.
Los estudios sobre esta estructura se sucedieron, y muchos han llegado a la conclusión de que, en realidad, hay dos muros principales, que convergen pero que no se unen. Tienen unos 800 metros de longitud y están formados por bloques de piedras (sedimentaria calcárea), rectangulares que tienen una dimensión, en promedio, de 3x2 metros.
En 1978, el departamento de Geología de la Universidad de Miami, procedió a datar con el método del carbono 14 algunos elementos orgánicos presentes en los bloques de Bimini, como restos de moluscos en conchas, llegando a la conclusión de que tienen 3500 años de antigüedad, remontándose, por tanto, al 1500 antes de Cristo. No obstante, este método de datación no ayudó a dilucidar si los bloques de Bimini son formaciones naturales o verdaderos muros construidos por el hombre en el pasado.
John Gifford y Mahlon Ball, otros investigadores sobre el tema, realizaron unos análisis que llegaron a ser publicaods en National Geographic, efectuaron una datación mucho más compleja, al haber utilizado el método del uranio-torio, con el que es posible datar minúsculos fósiles que se hayan formado en la roca. Esta datación ofreció un resultado muy distinto, pues los fósiles microscópicos que se formaron en las rocas tendrían una antigüedad de 15.000 años, es decir, se remontarían al 13.000 a.c aproximadamente, y ello permite establecer la hipótesis de que los muros de Bimini se sumergieron justo 13.000 años antes de Cristo, probablemente luego del cataclismo mundial llamado diluvio universal, que produjo un alzamiento de los mares de aproximadamente 150-200 metros, por causas aún desconocidas: (La mayoría de los estudiosos, empero, indica que el diluvio universal tuvo lugar en el 10.000 a.C.).
Aunque hay que señalar científicos que refutaron los datos de Gifford y Ball piensan que, estando el nivel de los mares por debajo de los 150 metros en el 13.000 a.C., no es posible que aquellos particulares moluscos, (ahora fósiles), se encontraran en los muros de Bimini, completamente expuestos al sol y, por tanto, señalan que la datación está completamente errada.
El mundo de la arqueología y de la geología tradicional tampoco avalan la hipótesis de que los muros de Bimini hayan sido construidos por el hombre en épocas arcaicas, sino que afirma que estas formaciones son totalmente naturales. El investigador de mayor importancia que sostiene tal hipótesis “natural” es Eugene Shinn de la US Geological Survey. Según su hipótesis, los bloques de Bimini serían formaciones calcáreas que perfilaron con el paso del tiempo un suelo en recuadros, un tipo de extraña formación generada en las rocas sedimentarias que se encuentran en algunas orillas oceánicas.
Luego de este proceso natural, la roca se fracturó en bloques rectangulares que parecen justamente pedazos de muro.
No obstante, lo único cierto hasta el día de hoy, es que sigue siendo un misterio si los bloques de Bimini fueron construidos por el hombre o si son solamente una extraña formación natural.
Lo único evidente es que no se han encontrado restos de actividad humana en la zona, como cerámica o rastros de carbón fósil, pero los que apoyan la teoría “artificial” responden a esta objeción diciendo que la fuerza del mar pudo haberlos arrastrado lejos, pero otros hallazgos increíbles encontrados cerca como la pirámide de cristal, siembran dudas...