Seguro que todos hemos escuchado hablar de Laika, una perrita callejera, que se convirtió en heroina mundial al tener el honor de ser el primer ser vivo lanzado al espacio para experimentar los efectos que un viaje espacial podía tener antes de enviar a una persona humana. Esta es la historia de Laika para que conozcamos un poco más de su trágico viaje.
En algún momento de entre 1954 y 1955, nació en las calles de Moscú una perrita vagabunda sin raza, que fue recogida de las calles para ser incluida dentro del programa espacial ruso, para así experimentar las consecuencias que un viaje espacial podría tener en el organismo de un ser vivo, ya que muchos científicos pensaban que una persona no podría ser lanzada al espacio y regresar viva.
Originalmente la llamaron Kudryavka (rizadita), después Zhuchka (bichito), y luego Limonchik (limoncito), para finalmente llamarla Laika, que significa “ladradora” .
Los requisitos que tenían que cumplir los perros elegidos para ser entrenados, es que pesasen menos de 6 kilos, medir menos de 40 centímetrosde altura y ser callejeros, ya que según los científicos rusos, un perro callejero acostumbrado a luchar diariamente por la supervivencia soportaría mejor los entrenamientos que un perro de raza y además tenían más capacidad de aprendizaje.
Entre cientos de canes, y tras durísimas pruebas de gravedad, adaptación a espacios extremadamente pequeños y a estrés provocado por ruidos y vibraciones que mermaban el físico de los canes, destacaron 3 perros: Albina, Mushka y Laika, pero Oleg Gazenko, el director del programa de adiestramiento de perros cosmonautas se fijó que uno de ellos era especialmente tranquilo, y ese perro fue el elegido, Laika, que tenía dos años de edad.
La carrera espacial se recrudecía, no solo por la competencia con Estados Unidos, en la que la Unión Soviética tomó ventaja por haber sorprendido al mundo al conseguir el primer vuelo al espacio no tripulado con la nave Sputnik.
Querían ser los primeros en enviar una nave tripulada, y además, Nikita Khrushchev, el jefe del partido comunista, quería conmemorar el 40 aniversario de la Revolución rusa con un vuelo tripulado que además serviría para situarse en la cima de la conquista del espacio y de la supremacía rusa frente a Estados Unidos.
Se temían los efectos de la radiación solar y la gravedad en el organismo y por ello Sergei Koroliov, cerebro de la carrera espacial rusa, dispuso satisfacer a Khrushchev enviando un perro en lugar de un humano.
La nave se llamó “Sputnik II”, de 500 kilos de peso y que transportaba instrumentos para medir la radiación solar, un sistema de generación de oxígeno y absorción de dióxido de carbono, y un pequeño cubículo hermético de 80 centímetros de largo donde iría Laika, que contenía un pequeño ventilador para mantener su temperatura y comida para siete días en forma de gelatina. Laika llevaba puesto un traje espacial que recogería sus desechos y limitaba sus movimientos con un arnés a prácticamente sentarse y tumbarse. Desde el traje también se monitorizaba su frecuencia cardiaca, respiración y presión arterial.
El 3 de noviembre de1957, a las 22:28, hora local de Moscú, la agencia de noticias soviética emitió un comunicado en el que anunciaba al mundo que había sido lanzadala Sputnik-2, y que por primea vez un ser vivo era lanzado al espacio.
En un principio, la agencia de noticias soviética TASS informó de que Laika regresaría ala Tierra en paracaídas, ya que la propaganda soviética temía la reacción de sus ciudadanos y del mundo entero, para quienes Laika era mucho más que un perro, pero las verdaderas intenciones eran bien distintas, y se sabía que Laika nunca regresaría, de hecho la última ración de comida contenía veneno para que la perra muriera al séptimo día, y no se abrasara en su reentrada en la atmósfera terrestre, pero las cosas no salieron como se esperaba.
Desde el control en Tierra, después del lanzamiento, escucharon a Laika ladrar, y percibieron los latidos de su corazón, pero a las 5 horas del despegue sus constantes se perdieron.
Los sovieticos anunciaron que murió por falta de oxigeno sin dolor y apaciblemente a la semana de estar en la órbita terrestre, incluso mintieron afirmando que escucharon sus constantes vitales todos los días, pero hasta 2002 no se desveló la verdad, cuando la BBC, el 28 de octubre de ese año publicó la siguiente noticia:
“El primer ser vivo que viajó oficialmente al espacio no vivió alegremente una semana dando vueltas sobre la Tierra, sino que tuvo una muerte muy dolorosa.”
Al parecer un fallo técnico elevó la temperatura de la cabina al expandirse el calor de uno de los motores que no se desacopló en el despegue haciendo que su cubículo se recalentara provocando su dolorosa muerte entre 5 y 7 horas después del despegue. Los últimos registros de sus constantes vitales eran aterradores, su corazón latía tres veces más deprisa de lo normal, provocado por el pánico.
Tras difundirse la noticia, Rusia tuvo que rectificar su versión, y el científico del Instituto de Problemas Biológicos de Moscú, Dimitri Malashenko, declaró durante un congreso espacial en Houston, que Laika había muerto debido al calor y al pánico.
El Sputnik 2 dio un total de 2.570 vueltas a la Tierra antes de desintegrarse, el 4 de abril de 1958, es decir, estuvo girando alrededor de la tierra con Laika muerta en su interior durante medio año. Pero Laika ya era inmortal para el mundo.
Tras Laika, Rusia realizó 29 vuelos espaciales con perros entre julio de 1951 y septiembre de 1962, de los que 8 acabaron trágicamente, mientras los 21 restantes regresaron en paracaídas con máscaras de respiración y trajes espaciales.
Pasaron tres años y medio antes de que un hombre se atreviera a ir al espacio. El 12 de abril de 1961, el piloto soviético Yuri Gagarin despegó en la cápsula espacial Vostok. Fue el primer viaje humano al espacio. A diferencia de Laika, el héroe soviético, tras haber dado una vuelta a la Tierra, regresó sano y salvo y declaró: “Aun hoy en día, no se si soy el primer hombre o el ultimo perro en volar al espacio”.
En 1964 se construyo un mural en Moscú dedicado a los “Héroes de la Patria”, y de todos los personajes que en él aparecen , se reconocen solo los nombres de Lenin y Laika, eso sí, cuando la verdad sobre lo que ella pasó aún no había trascendido.
Laika murió, pero su nombre siempre ha sido recordado, incluso hay una región de Marte con su nombre, y el 11 de abril de 2008, se inauguró en Rusia, cerca del lugar donde se desarrolló este triste episodio de la carrera espacial, un monumento en honor a Laika, la ladradora, que seguramente pasó sus últimas horas gimiendo en lugar de ladrar.