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Así, Ero se retiró a una ermita, a la cual acudieron cuatro monjes cistercenses en 1149. Se fundó así el Monasterio de Santa María de Armenteira, en Pontevedra, que ha pasado a la historia por una de las cantigas del rey Alfonso X.
En dicha cantiga, la 103, se cuenta que Ero solía salir algunos días del monasterio y caminar por el bosque. Uno de esos días se encontraba en una huerta, junto a una fuente, sentado bajo la sombra de un árbol. Ero empezó a reflexionar y rezó a la Virgen:para poder ver el Paraíso antes de morir. Un pajarillo empezó a cantar, y el monje perdió la noción del tiempo. Pasaron 300 años, y el abad volvió al monasterio. El prior le preguntó quién era, y, al responder que era el abad Eros, le contestaron que hacía siglos que este había muerto. Ero, al darse cuenta del paso del tiempo, cayó fulminado a los pies de los monjes.
La tumba de San Ero nunca ha sido encontrada.
La leyenda de San Ero tiene una fuerte influencia celta del llamado Paradisus Avium, el paraíso de los pájaros. Según la
tradición celta los pájaros pueden ser mensajeros de Otro Mundo.
El mito
de los pájaros del inframundo lo encontramos por ejemplo en el relato
irlandés Sergigle Con Culainn ( La enfermedad del Cuchuláinn) que narra
el encuentro del guerrero Cuchaláinn con unos cisnes que resultaron ser
hadas de Otro Mundo, o también en el texto galés Mabinogion que nos
habla de los pájaros de Rhiannon (diosa celta de los caballos) que, asentados en la Bahía de Cardigan, son capaces de matar los vivos y
resucitar los muertos con su canto. Clíodhna, diosa de las banshees en la mitología irlandesa, tenía tres pájaros mágicos que podían curar con su canto, del mismo modo que los tres pájaros de Rhiannon.También el folclorista bretón
Anatole le Braz recoge en su obra La legende de la mort chez le bretons
armoricains, la creencia en un paraíso cuya entrada está guardada por
aves cantoras.
La catedrática M.J Green explica como los pájaros, por su habilidad para
dejar la tierra volando, se identifican con la creencia de que el
espíritu humano abandona libremente el cuerpo cuando este muere y de
esta manera las deidades del Más Allá se asocian con frecuencia con los
pájaros.
Estos mitos fueron cristianizados posteriormente, y así los volvemos a
encontrar en la historia del viaje del santo irlandés del siglo VI San Brandan, en la que se describe una isla
llena de árboles en las que se posaban infinidad de pájaros que eran
ángeles caídos.
También existen muchas similitudes en el relato bretón referente al monje Yves,
quien, buscando leña en el monte escuchó el canto de un pajarito que
estaba posado en la rama de un árbol y quedó embelesado por la melodía. El monje persiguió al ave durante todo el día y, al regresar al
monasterio, los monjes no lo reconocieron pues durante este breve período
de tiempo habían transcurrido 300 años.
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De esta forma Virila comprendió el misterio de la eternidad.
que mierda
ResponderEliminarpues a mi me ha parecido una leyenda alucinante
EliminarEsta genial
ResponderEliminarQue bueno, linda historia
ResponderEliminarQue bueno, linda historia
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