El 1 de noviembre de 2007, sobre las 2:30h de la madrugada, el guardia jurado que velaba en el hospital Virgen del Toro de Mahón, en Menorca, cerrado desde hacía 7 meses, llamó alarmado a la guardia civil tras escuchar múltiples sonidos y extraños movimientos de objetos en su interior.
Tras una investigación hecha por Cuarto Milenio de Iker Jiménez, queremos ofreceros este episodio paranormal, de testimonios de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
En principio, sospechó que hubiese ladrones. Al llegar la Guardia civil, comienzan el registro del inmueble, y todo normal hasta llegar a la 5ª planta, donde los 2 agentes y el guardia jurado observan como las luces se encienden y se apagan sin parar, amén de susurros, ruidos y risotadas. Tras su inspección, no encontraron nada que pudiese explicar esto.
Pidieron refuerzos, y tras varias rondas inspeccionando y no encontrando nada, llegaron a juntarse 4 Guardias Civiles, 2 policías nacionales y una patrulla del servicio cinológico, que aportaban un perro para el rastreo de las dependencias.
Las 4 primeras plantas siguieron sin ofrecer nada raro, pero al llegar a la 5º planta, el perro policía se negó en rotundo a salir del ascensor. Los agentes salieron y observaron como todos los muebles de esta sección del hospital estaban tirados por los pasillos, pero un poco más allá vieron completamente perplejos a unos 20 metros, una mujer asomada por una esquina, de pelo largo, descalza y vestida con un camisón.
«Nos estaba observando», relató uno de los guardias civiles. Los 8 agentes desenfundaron las armas, y al encañonar a esta "sombra", instándola a identificarse, pero esta simplemente se desvaneció delante de todos.
Seguidamente se aproximaron a la esquina donde se encontraba, pero no había nadie. Todos coincidieron en que era imposible no encontrarla, ya que esta planta tenía todas las ventanas selladas, además de que..es un 5º piso. No había escapatoria.
El jefe de la unidad, totalmente bloqueado, redactó el informe concluyendo en que se trataba de un episodio paranormal.
Uno de los agentes testigos del suceso, contó en el programa de Cuarto Milenio la experiencia vivida. Así mismo, el guardia jurado cuenta que «Cada noche que hacía guardia en el hospital salía con los pelos de punta», quien dice haber percibido los mismos sucesos extraños que se describen en el reportaje de Cuatro. «Apagaba la luz de una planta a las dos de la madrugada y una hora después ya volvía a estar encendida. El ascensor bajaba solo desde la quinta planta sin que yo pudiera adivinar el motivo, las puertas de los quirófanos -que carecen de ventanas- se abrían de par en par y hasta sonaban los timbres de las camas en algunas habitaciones», relata.
Y algunas noches, «a las cuatro o las cinco de la madrugada, se oían ruidos y pasos, como si alguien estuviera corriendo de un lado para otro». Pero, al ir a inspeccionar la planta en cuestión, las dependencias estaban vacías.
«Y no era que alguien hubiera entrado», remarca. En los primeros meses «pillamos a un grupo de chavales que entraban por la lavandería. Pero, al cabo de poco tiempo, se tapió el pasillo de la primera planta que comunicaba con el anexo al hospital y la única puerta tenía activado su propio dispositivo de alarma por lo que, en realidad, nadie podía acceder al interior de la Residencia».
Pese a ello, los ruidos persistieron. «Durante mis meses de vigilancia en el Verge del Toro me llevé 2 sustos enormes. Así que, en realidad, me limitaba a patrullar por la planta baja y hacía arriba el mínimo de rondas posible».
La presencia de guardias jurados en el antiguo hospital se mantuvo hasta hace dos años cuando, a raíz de diversos actos vandálicos, la administración sanitaria optó por tapiar puertas y ventanas y prescindir del servicio privado de vigilancia. Desde entonces, el empleado de Trablisa ya no ha vuelto a trabajar en ningún edificio público abandonado.
Mahón está en Menorca, no en Mallorca, melón
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