El Hotel Stanley es conocido como el Hotel Maldito. Aquí se alojaron muchos personajes famosos: Molly Brown (la mítica superviviente del Titanic), Theodore Roosvelt, el emperador de Japón... E incluso el célebre escritor Stephen King, que se inspiró en su estancia en la habitación 217 del Hotel Stanley para escribir El Resplandor.
Durante su estancia, Stephen King fue testigo de extraños sucesos, pues el hotel ha pasado a la historia por sus huéspedes fantasmales. Entre los fenómenos que tienen lugar, podemos encontrar ruidos, voces, objetos que se mueven solos, grifos que se abren dejando salir el agua con una presión inusual, el sonido de un piano que nadie toca y para cuando alguien se acerca, luces que recorren el hotel a toda velocidad...
A principios del siglo XX, Freelan Oscar Stanley, se trasladó a las Montañas Rocosas por consejo de su médico, pues padecía una tuberculosis fatal, y el clima de esta región sería más beneficioso para su salud. Allí construyó este hotel de estilo georgiano, que abrió sus puertas en 1909. Se convirtió en un resort donde las familias ricas pasaban sus veranos. Los adultos vivían en los primeros tres pisos y los niños y sus cuidadores en la cuarta planta.
En esa época, muchas personas padecían poliomielitis y tuberculosis. Algunos de los que vivían allí, también morían allí, incluidos los niños, que muchas veces fallecían por la falta de medidas de seguridad del edificio.
Debido a estas muertes, y a otras muchas más que no están muy bien documentadas, así como asesinatos sin resolver, se rumorea que el hotel está encantado, y que en cuatro de sus habitaciones pasan cosas extrañas...
En la habitación 217, en 1911, un ama de llaves llamada Elizabeth Wilson casi muere por una explosión provocada por una fuga de gas. Desde su muerte en 1950 por un aneurisma en esa misma habitación, se producen actividades paranormales y extraños sucesos en este dormitorio. Fue aquí donde se alojó Stephen King, y se dice que pudo ver el espíritu de un niño, que le dio la idea para su libro.
Según los testigos, la habitación 407 es otro de los epicentros de los sucesos paranormales que tienen lugar en el hotel. Y es que se dice que en esta habitación vive un fantasma que no acepta la presencia de extraños: las luces de la habitación se encienden solas, la temperatura de la habitación desciende repentinamente, se oyen ruidos provocados por alguien en la misma estancia, y que un rostro se ve asomado a la ventana cuando no hay nadie alojado allí. Se trata del señor Dunraven, el terrateniente, que fue ejecutado por estafar a cientos de personas. Los pocos huéspedes que se han alojado en esa habitación dicen que todavía se puede oler el aroma de su tabaco y que en ocasiones se aparece en una esquina de la habitación.
La 408 tiene fama de estar embrujada por los fantasmas de unos niños que juegan y corretean molestando a los turistas. Ha habido quejas de clientes que decían oír risas infantiles durante la noche, a pesar de que no había niños alojados allí en ese momento. El personal de limpieza también se ha quejado de ruidos en esta habitación, y de que a veces en las camas quedan marcas como si alguien se hubiese sentado sobre ellas sin que nadie hubiese entrado en la habitación.
Y finalmente, la 418, la más problemática de todas: la gente que se alojaba allí salían corriendo o pedían un cambio de habitación, inexplicablemente los objetos cambiaban de lugar, el personal entraba a limpiar la habitación dejando sobre la cama el recambio de sábanas y toallas, salían de la habitación un momento y para cuando entraban, se encontraban con la sorpresa que la ropa estaba tirada por todos lados o no estaba en el lugar que la habían dejado... Actualmente, se encuentra cerrada al público, y el acceso solo está permitido a investigadores de lo paranormal.
Algunos de los fantasmas habituales del hotel son los señores Stanley, que han sido vistos vestidos de etiqueta en la escalera principal y otras salas públicas, merodeando por el laberíntico edificio...
