"El Yeti, es un ser bípedo, que camina inclinado hacia delante. Su cuerpo está poblado de una gran mata de pelo lacio de color blanca, salvo la cara, la cual es de un color rosa-rojizo, y su cabeza es ovalada"
Esta es la definición mas común que los testigos han dado de esta mítica criatura..
El Yeti, o también conocido como el abominable Hombre de las Nieves, es un legendario ser de la mitología del Tíbet y de Nepal.
A pesar de haber muchos testigos, no hay una prueba verídica que le pueda quitar la categoría de mito y lo pueda convertir en algo real...
Perdido en las cordilleras del Himalaya habita uno de los misterios mejor guardados del mundo: el Yeti, que junto con el Monstruo del Lago Ness y su primo americano el Bigfoot constituye una especie de trinidad de lo desconocido, estando presentes en multitud de manifestaciones de la cultura popular tanto en películas, como en series de televisión como en merchandising.
Pero también comparte con el monstruo escocés y el gigante peludo americano, que todas las expediciones que han ido a capturarlo o al menos traer pruebas fehacientes de su existencia, han fracasado.
Muchos de los que creen en el Yeti, presentan como pruebas, dudosas hemos de decir, algunas reliquias como cuero cabelludo, manos y pies que son custodiadas en templos budistas como reliquias. No obstante, estudios de ADN posteriores han demostrado que estas supuestas reliquias pertenecen a animales bien documentados por la ciencia como el Oso Pardo del Himalaya o el Marjor.
Los primeros rumores de la existencia del Yeti datan de las primeras exploraciones europeas a comienzos del S.XIX. Desde entonces las teorías sobre su origen se han ido sucediendo a lo largo del tiempo, al mismo tiempo que las expediciones para buscarlo. Ninguna de ellas ha conseguido pruebas contundentes sobre su existencia más allá de unas cuantas huellas y las ya mencionadas reliquias custodiadas en templos.
En Nepal, se le conoce como "Rakshasa", que significa demonio.
Numerosas descripciones de testigos unidos a las pruebas aportadas por las expediciones enviadas a capturarle, nos conducían a que el Yeti, era, ante todo, un ser simiesco, y es por ellos que las primeras teorías apuntaron a que el Yeti sería un pariente lejano del Orangután.
El macho de esta especie posee la aptitud del orangután de caminar de forma bípeda, así como una formidable fuerza física y un pelaje anaranjado que encajaría con las descripciones de cientos de testigos.
De ser cierta esta teoría, sería el primer gran simio que se encuentra en grandes alturas. Los simios ya han demostrado que pueden vivir en climas mucho más fríos, cómo el Macaco Japonés o el Mono de Gibraltar.
Sin embargo, en contra de esta teoría se encuentra el hecho de que al contrario que las colinas japonesas o el Peñón de Gibraltar, el Himalaya no da frutos durante todo el año como para mantener a una población de simios de las características del Yeti. Este razonamiento se puede aplicar a aquellos que defienden que el Yeti y todos los grandes simios que se avistan en otras partes del mundo son poblaciones residuales del Gigantophitecus, un simio gigante que se extinguió hace miles de años.
En la difunta web de la Sociedad Española de Criptozoología se colgaron hace tiempo una serie de interesantes artículos donde se defendía la posibilidad de que el Yeti no fuese sino un Oso Pardo del Himalaya en su marcha bípeda y al que los testigos oculares han confundido debido a la falta de oxígeno, la mala visibilidad provocada por las tormentas de nieve y la sugestión. Visto en estas condiciones, un Oso que se levanta para otear el horizonte puede parecer un esquivo Yeti.
En cuanto a la leyenda, se trata de un mito ya antiguo, pues es posible encontrar relatos que hablan sobre seres de esta tipología en el siglo IV.
Según la leyenda, el Yeti mediría entre 2 y 3 metros de alto, y posee unos grandes brazos, cara de simio, dispone de una gran mata de pelo, (blanco generalmente o negro o rojo..según el lugar), una imponente musculatura.
La leyenda les considera unas criaturas increíblemente fuertes y rápidas, y se comunican con rugidos y silbidos.
Otra característica que se le ha atribuido, es que desprender un hedor tan nauseabundo, que es capaz de irritar los ojos.
Sin embargo, no se le considera agresivo, sino tímido, pues tras centenares de expediciones, como dijimos, no se han aportado pruebas sólidas de su existencia, sino tan solo fotografías poco claras, huellas borrosas y los testimonios de lugareños que dicen haberlo visto.
Podríamos decir que tiene un comportamiento similar al de los orangutanes, siendo preferentemente un animal nocturno, y cuya alimentación básica consiste en frutas y pequeños animales.
Sino se le molesta, no presenta agresividad con los humanos.
Como decíamos, las expediciones realizadas, solo han servido para obtener restos de pelaje, o moldes de pisadas.
Una de las pruebas fotográficas más famosas, la consiguió Eric Shipton, al fotografiar una enorme pisada en Nepal. Pero no ha podido asignarse dicha huella a ningún ser conocido.
Antes, en 1921, el coronel Howard-Bury, jefe de la primera expedición británica al Everest, sobre los 6000 metros de altura afirmó haber visto siluetas, y en principio creyó que eran imaginaciones, hasta que al llegar al lugar donde vio la silueta, puedo comprobar que había unas grandes pisadas.
Por último, el alpinista Reinhold Messner, tras conquistar las 14 cimas más altas del mundo, organizó expediciones para buscar al Yeti, llegando a publicar un libro, (Yeti, Leyenda y realidad, de 1999).
Sea como sea, no se ha podido demostrar la existencia de este ser, permaneciendo su historia llena de misterio hoy día, pero ese misterio todavía hay quien quiere resolverlo..