Irlanda siempre ha sido un lugar místico, lleno de leyendas e historias fantásticas ambientadas en escenarios oníricos.
Las costas del sudoeste de la isla Esmeralda fueron testigo de una de las matanzas más crueles y sanguinarias del siglo XVI. Hoy en día, nos siguen llegando testimonios de aquella batalla...
En 1580, cientos de soldados españoles e italianos bajo las órdenes del capitán Sebastiano de San Giuseppe viajaron a Dingle, Irlanda para combatir en el bando del Catolicismo contra los Protestantes. Tras varios meses en el Fuerte del Oro o Fuerte de Smerwick, fueron sorprendidos por más de 4000 soldados británicos que les acorralaron por tierra y mar.
En solo 3 días, San Giuseppe se rindió. Las tropas británicas de Lord Grey de Wilton entraron en la fortaleza y ordenaron la matanza de 600 españoles, italianos e irlandeses. Hombres, mujeres y niños fueron decapitados delante de todo el mundo, y sus cuerpos fueron arrojados por el acantilado Dún an Óir.
Han pasado varios siglos desde aquello, pero todavía se siguen encontrando restos de huesos y cráneos en las playas cercanas. Los habitantes de la zona decidieron enterrar los restos que encontraban en las dunas de la playa.
Del fuerte quedan tan solo unas piedras y algún que otro monolito a modo conmemorativo de lo que allí sucedió...
Monolito del Fuerte de Smerwick |
Sin embargo, hay quien afirma que Smerwick está maldito, y que todavía hoy se pueden oír gritos desgarradores y lamentos de aquellos que fueron cruelmente decapitados...