Queridos amigos:
Sigo con mucho interés vuestro blog y quiero que sepáis que me encanta y que lo leo todos los días, por lo que me he decidido a contaros una historia que me pasó hace 20 años.
Fue una época en que en mi ciudad había muy pocos pisos en alquiler y estábamos buscando piso para nosotros y nuestros dos hijos. Nos urgía mucho y no teníamos forma de encontrar uno que se adaptara a nuestras necesidades. Por fin después de mucho mirar encontramos uno cercano al colegio de mis hijos que era grande y espacioso aunque el edificio era viejo. Un tercer piso, con una vecina en el segundo que pasaba los inviernos en Valencia y unos vecinos en el primero. Era verano, tenía una terraza amplia y una galería también amplia y 5 dormitorios. Estaba recién pintado y parecía perfecto.
Nos instalamos y llegó el otoño y a puertas del invierno comenzaron los problemas. La casa era una nevera, no había forma de calentarla. Un día que volvía de recoger los niños del cole acompañada de mi padre al abrir la puerta de casa nos encontramos que estaba cubierta de una niebla espesa. Yo me asusté y mi padre también, ya que no sabíamos lo que era. Abrí las ventanas y la niebla no desaparecía. Al cabo de unos cuantos minutos desapareció de repente. Pensamos que sería debido a un problema de condensación. No volvió a ocurrir hasta pasados unos 15 días en que esta vez también lo vio mi marido y otra vez desapareció en cuestión de segundos. Nunca supimos a que fue debido.
Quedé embarazada de mi tercer hijo. No volvió a ocurrir nada, salvo el frío tan intenso que nos obligó a, por una parte llevar a dormir a los niños a casa de mis padres y por otra, a recluirnos en una sola habitación del piso. Debido al trabajo de mi marido, un día en que tuvo que trabajar de noche, quedé sola en casa. Me quedé dormida viendo la tele. Sobre las tres de la mañana algo me despertó. Eran unos ruidos que venía del piso de abajo. Oí como un niño jugaba con algo parecido a un coche o un tren de juguete, y como un hombre mayor tosía sin parar. Me extrañó pues la señora del piso de abajo no estaba en mi ciudad y además era viuda y a ambos lados del edificio había solares.
Para asegurarme de lo que oía quité el sonido de la televisión y me eché en el suelo apoyando la oreja en él y lo oí muy nítido: el niño y el abuelo. Me puse muy nerviosa y asustada esperé despierta a que llegara mi marido.
Cuando por fin llegó le conté muy nerviosa lo que había ocurrido y el lo achacó a un mal sueño debido también a mi embarazo. Al dia siguiente hable con la señora del primer piso y le pregunté si había oido algo. Me dijo que no y que en el segundo no había nadie.
Dos meses después me enteré que en el piso donde vivía habia muerto una niña y que el marido de la señora del segundo había fallecido de una neumonía. No perdí ni un minuto en buscar otra vivienda.
Recibid un saludo y continuad con vuestro trabajo.
Enviado por: Maggie
A mi nunca me ha ocurrido nada, pero me gustaría que la gente que sigue el blog se animara y contara sus experiencias. Seguid así. Sois estupendos
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