Uno de los personajes de la mitología rusa más famoso es la temible Baba Yagá, una vieja huesuda y arrugada, con la nariz puntiaguda y azulada, una pierna de hueso que representa el mundo de los muertos, y dientes de metal que le permiten romper los esqueletos y desgarrar las carnes de sus víctimas, generalmente niños, jovencitas y viajeros perdidos. Viaja dentro de un mortero y se impulsa con el mazo, borrando sus huellas con una escoba de abedul.

Vive junto a sus sirvientas o hijas, que frecuentemente son perjudicadas por sus planes, ya que las víctimas de la bruja las convencen para entrar en el horno o para intercambiar sus ropajes, de manera que Baba Yagá termina matándolas a ellas.
Se cuenta que envejece un año cada vez que le hacen una pregunta y que para rejuvenecer bebe un té hecho de unas extrañas rosas azules, por lo cual recompensa enormemente a las personas que le traen alguna de estas rosas.También se cuenta que custodia las Aguas de la Vida y de la Muerte, que son aguas con poderes mágicos de resurrección y cura (algo así como la de la Fuente de la Eterna Juventud). A veces, en los cuentos, ayuda a los héroes que le demuestran su valía recompensándoles con un objeto mágico.
Tiene a su disposición al Caballero Blanco, al Caballero Rojo y al Caballero Negro, que representan el amanecer, el atardecer y el anochecer.
Aquí podéis leer un cuento de Baba Yagá