Recientes investigaciones de la Universidad de Oxford, dirigidas por el Dr. David Deutsch, demuestran que los universos alternativos son matemáticamente posibles, y que Everett podía estar en lo cierto en su teoría. Se ha comprobado que la estructura del universo contiene infinitas bifurcaciones creadas al dividirse en versiones paralelas de sí mismo, que pueden explicar la naturaleza probabilística de los resultados cuánticos. Gráficamente, la línea de tiempo del universo podría verse como si fuese un árbol infinitamente grande.
Las teorías sobre los universos paralelos o multiversos son infinitas, y quizá demasiado densas y técnicas para los que no entendemos demasiado de física.
Por nombrar dos, de manera muy sencilla, podemos encontrarnos la Teoría-M (según la cual existen 10 dimensiones para el espacio y 1 para el tiempo) y la Teoría-F (con 10 dimensiones para el espacio y 2 para el tiempo).
Pero lo curioso es que existen varios hechos sobre desapariciones de personas, objetos... que relacionan los universos paralelos con los viajes en el tiempo:
Un caso publicado en el diario La Razón del 21 de mayo de 1974 dice textualmente lo siguiente:
“Bogotá (AFP). Un autobús con 67 estudiantes y profesores excursionistas ecuatorianos se encuentra perdido desde el domingo en territorio colombiano, se supo aquí. El vehículo había salido de Tulcan (Ecuador) hacia Pasto e Ipiales (Colombia) en la frontera de los dos países, encabezados por el profesor Ricardo Espinosa. Patrullas de la defensa civil iniciaron la búsqueda de los excursionistas con quienes se perdió todo contacto desde la iniciación de su viaje”.
Esta información apareció dos días de que fuese notificada la desaparición de este numeroso grupo; no se informó nada más al respecto.
Hace más de dos siglos, exactamente en el año 1707, el archiduque Carlos se preparaba para invadir España. Un numeroso contingente constituido por unos cuatro mil soldados, había acampado en un llano cercano a los Pirineos; su misión era la de seguir al otro día su marcha rumbo a estas montañas. Siguiendo lo planeado, al día siguiente levantaron campamento y emprendieron la marcha. A poco de su partida y en absoluta claridad, sencillamente desaparecieron, sin quedar nada en el lugar, tal como si hubieran atravesado el umbral de lo invisible e imperceptible.
Algo similar le sucedió a los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. En una isla del Pacífico, mientras una compañía de infantes de Marina estaba ejercitándose, “desapareció” ante la mirada ingenua de otros cientos de soldados que observaban las maniobras.
Otro hecho publicado en periódicos en noviembre de 1965 dice lo siguiente: “l Douglas DC-4, T-48 de la Fuerza Aérea Argentina cayó en el mar Caribe, luego de haber partido de Panamá, desapareciendo sus 69 tripulantes: oficiales y cadetes de la Escuela de Aviación Militar de Córdoba”.
Se realizó una extensa y prolongada búsqueda en zonas de Costa Rica, sin dejar ningún saldo positivo; solamente se sabía que el avión con todos sus tripulantes había desaparecido; no se encontró nada que pudiera evidenciar un posible accidente.
En Keiton, Inglaterra, días antes de Navidad, campesinos de la zona despertaron ante el ruido que parecían producir armas de fuego y murmullos de lucha; salieron de sus casas y asombrados pudieron observar nada menos que la materialización de soldados enredados en una violenta batalla. Según sus banderas e indumentaria se los identificó como las tropas del Parlamento y las del Ejército Real de Carlos I. Después de dos horas de lucha, las tropas del Parlamento vencieron totalmente al Ejército Real; en medio del triunfo y el júbilo de los vencedores todo se desvaneció.
Lo asombroso de este suceso radica en el hecho de que estos campesinos y aldeanos presenciaron algo que aún no había ocurrido para ellos; se trataba de la batalla de Colina Edge, librada en esa misma aldea, pero, paradójicamente después de haber sido vista por estas personas el día 23 de Octubre de 1642.
Un relato publicado en el Sunday Express de Londres, el 21 de setiembre de 1924, comenta lo siguiente: “El día 24 de julio de 1924, mientras continuaban las hostilidades entre árabes e ingleses, el Cuartel General inglés envió al piloto oficial D. Stewart y al teniente William Day en misión especial sobre el desierto de Mesopotamia; la finalidad del vuelo era la de efectuar un reconocimiento de la zona, sin intervenir en modo alguno en la batalla. Después de varias horas de espera, el Mando General comenzó a temer en un posible accidente, dado que el avión no regresaba. Luego de unas cuantas horas más, que creyeron prudente esperar, se ordenó la búsqueda. Rastreando la región se pudo dar finalmente con el avión, el cual se encontraba en perfectas condiciones; nada hacía indicar un posible atentado, lo extraño era que los dos tripulantes no se hallaban en el lugar. Poco después se descubrieron pisadas que correspondían a ambos pilotos, se siguieron, y a una distancia aproximada de cincuenta metros, abruptamente desaparecían, no existiendo en las inmediaciones rastro alguno."
Otro misterio muy conocido y comentado es el de la isla de San Borondón, que ha estado apareciendo y desapareciendo por siglos, pudiéndose ver en cada oportunidad escasos minutos. Ya en la Edad Media se sabía de esta isla; en ocasiones se llegó al extremo de organizar expediciones para ir en su conquista, como ya mencionamos en nuestro post sobre la Isla Hy-Brasil. Una de las últimas apariciones se registró el 26 de abril de 1967; fue vista por miles de personas habitantes de Hierro,Canarias. Se dice que, quizás, la isla de San Brandán escaparía de un mundo paralelo, para aparecer en el nuestro y finalmente regresar al de su origen.
También podría ser una explicación para la extraña desaparición de Oliver Thomas.
Para más información sobre Universos Paralelos podéis leer la entrevista al Dr. Michio Kaku aquí.