sábado, 6 de octubre de 2012

Las calaveras aulladoras

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Screamings Skulls es el nombre que reciben esas calaveras que protagonizan algunas de las historias más espeluznantes del Reino Unido.



Una calavera aulladora es un cráneo humano de origen incierto que, supuestamente, provoca desgracias, fenómenos tipo poltergeist y que, sobre todo, “grita” cuando es desplazado del lugar que ocupa en una mansión.


A partir de aquí, las historias sobre estos objetos son cientos: la más famosa, la de  Bettiscombe Manor, Dorset, Reino Unido. 

Azariah Pinney, propietario de la casa en el año 1685, participó en la Rebelión de Monmouth para derrotar al rey Jaime II.

Por desgracia, fracasaron y Azariah fue desterrado a la isla de Nevis, en las Antillas, convirtiéndose allí en un gran hombre de negocios al que la caña de azúcar hizo prosperar; pero todo acabó en el año 1720, cuando fallece y le deja toda su herencia a John Frederick Pinney, su nieto, criado en Bettiscombe, el cual cedió su herencia a su primo John Pretor, horrorizado por la esclavitud en las plantaciones de Nevis.

Pinney volvió a Gran Bretaña llevando con él un antiguo esclavo negro el cual hizo jurar que el día en que muriese, lo enterraría en la tierra donde nació. Faltando a su palabra, cuando el esclavo murió, Pinney no cumplió con su palabra y no lo enterró en su tierra natal, si no que lo enterró en Bettiscomebe. Fue entonces cuando comenzaron los quejidos, golpes, actividad paranormal...

Exhumaron el cadáver y lo encerraron en el desván, y los quejidos, los golpes y lamentos cesaron. Solo conservaban la calavera sin la parte inferior de la mandíbula.

Pero ahí no acaba la historia de la calavera de Bettiscombe; en 1964, Eric Maple, un autor, descubrió diferentes historias como la que dice que en las ocasiones en las que habían intentado sacar la calavera de la mansión, todos los habitantes de la comarca habían sufrido las consecuencias: el ganado enfermó, las cosechas se echaban a perder por las tormentas, incluso algunos que intentaron deshacerse de la calavera, fallecieron poco después.

Maple entrevistó a alguien que dijo que "los gritos de la calavera que guardaban en la buhardilla, eran más bien chillidos, como los de un ratón atrapado”.

Hay calaveras, que por el contrario, son reacias a ser enterradas, como sucede con la calavera de Anne Griffith.

La historia cuenta que en el condado de York, en el siglo XVI, vivía Anne Griffith con sus dos hermanas, que se encontraban construyendo una casa.

Unos asaltadores atacaron a Anne, la cual murió cinco días después a causa de las heridas. Su último deseo fue que emparedasen su calavera entre los muros de la casa para así poder ver la obra terminada, pero sus hermanas le dieron sepultura al cuerpo junto con la cabeza. Fue entonces cuando comenzaron los fenómenos paranormales.

Cuando las hermanas exhumaron el cuerpo poco tiempo después se encontraron con un cráneo sin apenas carne y separado de cuerpo, algo bastante extraño para el tiempo que el cuerpo llevaba enterrado.

Así que cedieron ante el deseo de su hermana y pusieron la calavera en la casa. Pero las hermanas murieron y dejaron la casa en herencia a la familia Bonynton, que decidieron volver a enterrarla. No pasó mucho tiempo cuando los alaridos volvieron a escucharse, e hicieron que volviesen a dejar la calavera donde estaba.

También hay casos de calaveras que predicen desastres, como Dickie, la calavera de una mujer asesinada, guardada en Tunstead.

La calavera de Farm, en el condado de Derbyshir, la cual aúlla cuando la sacan de la casa, cuando llegan extraños, cuando los animales enferman o cuando alguien de la casa está cercano a la muerte.


El origen de las tradiciones británicas sobre las calaveras aulladoras podría estar el culto a los cráneos de los celtas, basado en la creencia de que la cabeza es el asiento del alma, el centro de las emociones y de la misma vida. En esta cultura, el cráneo de un familiar era conservado para que su espíritu velara por sus seres queridos y el cráneo de un enemigo debía ser tratado con respeto para que su espíritu no atrajera desgracias.

En el Antiguo Egipto, antes de que se comenzara a practicar la momificación (hacia el año 3000 aC) también se rendía culto a los cráneos.




Es posible que esto sirviese para referirse a la Acherontia Atropos, comunmente conocida como Esfinge de la calavera o Esfinge de la muerte, la cual hace alusión al dibujo de su dorso. Es una mariposa nocturna que emite chillidos como los de un ratón. Se conoció mundialmente gracias a la película El silencio de los corderos, ya que en el cartel de la película aparece esta mariposa.
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